“Se va volviendo insoportable esta situación”, expresó con mucha impotencia Richard Ramón Pereira, padre de Richard Pereira, en contacto con La Unión.
Los policías acusados son el comisario Jorge Zárate (con arresto domiciliario) y el suboficial Jhonie Orihuela (con prisión preventiva en la Agrupación Especializada). “Estos no son policías, yo prefiero llamarles delincuentes”, dijo el hombre.
“Es doloroso escucharle a mi hijo decir que estamos mendigando justicia”, señaló ante esto el padre de la víctima, lamentando que, por culpa de los policías, su hijo haya quedado con el 82% de su cuerpo inservible y sin poder moverlo. “Está condenado a una silla de ruedas por el resto de su vida”, dijo.
Con la recusación presentada por los uniformados, la familia del joven ahora debe aguardar que la Cámara de Apelaciones tome una decisión sobre la medida.