Los amantes del cine suelen amar los festivales. No hace falta explicar las razones. En este tipo de eventos, ejemplos claros de las dimensiones del quehacer creativo más selecto y del alcance de la cultura cinematográfica, suele estar representado lo más selecto y trascendente de la gran pantalla. Quien asistió a la más reciente edición del Festival Ambulante, por ejemplo, pudo disfrutar de los mejores documentales de 2017. A partir del 17 de abril la Cineteca Nacional de la Ciudad de México inicia la 62a Muestra Internacional de Cine, un encuentro que se realiza desde el año 1971 y que busca acercar al público a las propuestas más innovadoras y recientes del séptimo arte, avaladas por su reconocimiento por parte de la crítica especializada, festivales de cine internacionales, premios de la industria cinematográfica y gremios de realizadores más sobresalientes. Este evento, sin duda alguna, es uno de los más esperados por todos los cinéfilos del país.
En esta ocasión se presentan 14 producciones provenientes de países como Bélgica, Suiza, Francia, Italia, Rumania, Japón y México. Catalogadas como obras prominentes de la filmografía global contemporánea, estas obras resaltan entre las del conjunto:
Voraz (Julia Ducournau, 2017)
Coproducción de Francia-Bélgica que ha causado revuelo desde su estreno en la pasada edición del Festival de Cannes, donde obtuvo el premio FIPRESCI de la Semana de la Crítica, y un premio como mejor película Europea en el Festival de Stiges. La cinta narra la historia de Justine, una chica de 16 años que proviene de una familia de vegetarianos. Al ingresar a la facultad de veterinaria se ve obligada a comer carne cruda. Este acto tendrá consecuencias fatales, ya que Justine comenzará a develar su verdadera y aterradora naturaleza.
La vida de Calabacín (Claude Barras, 2016)
Cinta sueca nominada al Oscar como Mejor Película Animada que explora las implicaciones sociales y morales de la orfandad, pero que esquiva toda cursilería y amarillismo. Con las dosis exactas de ternura y realismo, La vida de Calabacín sobresale por tocar un tema “delicado” sin condescendencia forzada hacia el público infantil.
Yo, Daniel Blake (Ken Loach, 2016)
Ganadora de la Planta de Oro de Cannes como Mejor Película en 2016 y nominada al Premio BAFTA, en esta cinta el veterano cineasta Ken Loach diseña una mordaz crítica hacia el Gobierno británico. Podría decirse que esta obra sigue la vena de su trabajo fílmico: un cine político, humanista y contestatario con una estética hiperrealista que se centra en la clase obrera.
Sangre de mi sangre (Marco Bellocchio, 2015)
En 107 minutos esta cinta explora el poder, la religión y los valores ideológicos de la sociedad italiana. Al realizar esta película en dos épocas diferentes, Bellocchio muestra los rastros de un país corrompido por la hipocresía y la doble moral.
La luz incidente (Ariel Rotter, 2015)
Desde Argentina llega este largometraje en blanco y negro que narra cómo una acomodada y joven madre de dos hijas llamada Luisa no logra rearmar su vida desde que murió su esposo. Pero cuando un hombre desconocido irrumpe con inesperada vehemencia y le propone reconstruir todo, ella deberá enfrentarse a un proceso de duelo que había evitado sistemáticamente.
Hogar (Fien Troch, 2016)
La directora Fien Troch plasma en esta cinta la realidad cotidiana de la juventud actual a partir de una arriesgada trama que pone en escena los impulsos narcisistas e hipersexualizados de unos adolescentes influidos por las drogas y la tecnología.
3 mujeres o (despertando de mi sueño bosnio) (Sergio Flores Thorija, 2016)
Es la representante de México en esta edición de la muestra. Filmada en su totalidad en Bosnia y Herzegovina, con actrices no profesionales y bajo la producción del influyente director húngaro Béla Tarr, la ópera prima del mexicano Sergio Flores Thorija representa una mirada intimista y sobria a la realidad contemporánea del país balcánico.
Sieranevada (Cristi Puiu, 2016)
Fuente: Cultura Colectiva