Las franquicias están arruinando el cine o al menos eso piensa la mayoría de los críticos. La obsesión del mundo con Marvel, DC y las mismas historias clásicas de siempre, ha causado que cada año se lancen un sinfín de secuelas y nuevas ediciones de viejos personajes. Hollywood busca exprimir hasta el último centavo de todas las películas que alguna vez crearon un impacto en el mundo.
Las segundas partes ya no son un evento único como lo era en el pasado. Antes servían para reivindicar el éxito de una obra o extender su legado, ahora son una burla para la audiencia. Las obras ya no son respetadas y se asemejan más a una serie de televisión interminable mediocre y aburrida.
Aunque en años recientes directores como Danny Boyle y Christopher Nolan demostraron que una historia con dos o tres partes puede ser exitosa (como lo hicieron con “Trainspotting” y “Batman” respectivamente) la BBC opina que otras creaciones prueban lo contrario. De acuerdo con el sitio de noticias, existen cinco películas que nunca debieron tener una segunda oportunidad y que son el ejemplo perfecto de que las secuelas arruinan el cine. Su selección es el ejemplo perfecto de la explotación de Hollywood y del hecho de que ya no tienen historias qué contar.
Estas son sus elecciones:
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“Sex and the City” (2008 & 2010) – Michael Patrick King
No es como si la primera parte hubiese sido muy buena. La serie que se enfoca en cuatro amigas y sus relaciones en la ciudad de Nueva York nunca fue la favorita de los críticos por mostrar estereotipos de las mujeres y representarlas de una manera demasiado superficial y aburrida. La cinta, lanzada en 2008, tuvo reseñas mezcladas que alababan el esfuerzo de los escritores por tratar de crear una historia congruente, pero señalaban las pésimas actuaciones y la mala forma en que fue dirigida. Su segunda parte fue aún peor y no tuvo ni un poco de sustancia. Desde entonces la franquicia no ha tenido otros indicios de vida y demuestran que lo que comenzó en la T.V debió terminar ahí mismo.
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“Zoolander” (2001 & 2016) – Ben Stiller
Aunque la primera se convirtió en una cinta de culto, era demasiado torpe y absurda como para crear una franquicia. “Zoolander” era una burla a la industria de la moda y al fanatismo enfermo por las celebridades, pero en su segunda parte se convirtió en una parodia de ella misma. Usando racismo y sexismo como motivo de burla, la película no pudo superar las pruebas del tiempo y arruinó un legado que pudo durar para siempre. Demuestra que, en muchos casos, algunas cintas deben quedarse sin una secuela.
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“The Blair Witch Project” (1999) – Daniel Myrick / “Book of Shadows” (2000) – Joe Berlinger
“The Blair Witch Project” marcó un momento en la historia del cine de terror y en las leyendas urbanas. Siguiendo un estilo realista, la cinta creó sensación en la población y se convirtió en un clásico inmediato que debió quedarse en estatus de leyenda sin ser manchada por una secuela, pero un cineasta decidió arruinarlo todo con su propia versión del fenómeno de la Bruja de Blair. El resultado es horrendo, lamentable, aburrido y una burla a todo lo que representó la película a fin de siglo.
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“Jaws” (1975) – Steven Spielberg / “Jaws 2” (1978) – Jeannot Szwarc
La primera “Jaws” estaba repleta de momentos sorpresa, fuerte suspenso y horror sutil que la hicieron un éxito en su tiempo. La secuela sólo replicó esos elementos pero lo hizo de una manera mediocre simulando sólo un poco el talento de Steven Spielberg. El tiburón de pronto se convirtió en el protagonista en lugar de los personajes principales y la franquicia se salió de control.
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“Speed” (1994 & 1997) – Jan de Bont
La diferencia principal entre la original y la secuela de “Speed” es la falta de Keanu Reeves y un súbito ímpetu por las explosiones y las persecuciones sin sentido. La primera película había sido una respetable cinta de acción de los 90, pero la segunda es un festival de gritos y secuencias ilógicas que hace preguntar a la audiencia, “¿a quién se le ocurrió hacer una segunda parte tan innecesaria?”, y –por supuesto– los únicos culpables son los productores que la aprobaron.
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Antes de que Hollywood amara exprimir grandes obras hasta el último centavo, se produjeron secuelas dignas de continuar el legado de excelentes películas. Tal es el caso de “El imperio contraataca” de Star Wars o “Volver al Futuro II”. Eran tiempos distintos en el que el séptimo arte se apreciaba de forma diferente. Ahora el cine mainstream es una burla, pero sigue funcionando porque el público se conforma con poco y su bajo criterio los continúa llevando a las salas de cine para ver “Rápido y Furioso 8”.
Afortunadamente el cine independiente siempre ofrecerá excelentes opciones y nos recuerda que el cine no morirá, los superhéroes, sí.
Cultura Colectiva