“Yo prestaba servicios en el R.C.2 Cerrito, Chaco, y ese 2 de febrero, comenzamos con prácticas militares no acostumbradas. Yo tenía 17 años de edad y solo 4 meses de antigüedad en mi servicio. Yo era conductor de uno de los famosos tanques ‘Cascavel’. Las prácticas no eran las de siempre, se practicaban con tiros en ese momento y ejercicios físicos desde las 05:00 hasta las 11:00, algo que anteriormente no se hacía”, dijo Colmán en diálogo con Nuestra Mañana por La Unión.
Mencionó que desde días antes había mucha tensión y nerviosismo, presintiéndose “como que algo iba a pasar”. En ese orden, dijo que hubo una “orden superior” del General de Ejército Andrés Rodríguez. “Acudimos raudamente a Asunción. La columna de tanques salió de Cerrito y rodeamos el Regimiento Escolta Presidencial. Yo me asusté, porque lo que se venía era algo muy grande”, recordó el excombatiente.
Finalmente, Stroessner se rindió, aunque logró escaparse. “Se me derramaban las lágrimas al ver tanta gente feliz en las calles al darme vueltas por Asunción esa mañana, posterior a esa gesta, gritando ‘libertad’ en medio del gran júbilo. A pesar de no haberme bajado del tanque, sentí una suave brisa de libertad”, expresó Colmán ya entre emociones y vivos recuerdos, añadiendo que “en ese momento de mi vida me sentí importante”.
Comentó que hasta ahora hay excamaradas suyos con consecuencias de salud, sobre todo psicológicas, a raíz de aquel enfrentamiento. Sobre el punto, dijo que actualmente son cerca de 1.000 los excombatientes de esa gesta que continúan con vida.
Más allá de aquel logro, Colmán considera que actualmente hay un retroceso en el ámbito político de nuestro país, especialmente en lo referente a la moral. “Hay instituciones carcomidas por la corrupción, lo cual afecta a la seguridad del país”, lamentó.