Dentro del extenso reino de los cinéfilos existe la que probablemente es una de las ramas más socorridas por los amantes de las películas en gran formato, pero claro que no todos tienen la posibilidad de pertenecer a ella de la misma manera. Nadie puede considerarse adicto al séptimo arte sin tener noción sobre este género; sin embargo, quienes en realidad lo viven son aquellos que gustan de llevar su sensibilidad hasta el punto más alto, justo aquél en el que la razón y la locura parecen fundirse en un solo modo de pensamiento, creando realidades donde lo único extraño es lo que pertenece a la cotidianidad.
En efecto, hablamos del cine de terror.
Pocos géneros tanto de la literatura como del cine son capaces de jugar con la mente de sus espectadores como éste. Apenas basta con conocer los miedos más profundos de la gente para desarrollar a su alrededor todo un discurso de fantasías retorcidas que le quitarían el sueño a cualquiera. Lo vimos con It de 1990: el diseño del personaje interpretado por Tim Curry corresponde a la figura del tipo de payaso del que nadie sospecharía, uno común; no obstante, cuando salta a la pantalla con los ojos amarillentos y una fila de dientes afilados es justo el momento de comenzar a temblar.
Antes y después de esta película han habido producciones que explotan de la misma manera esa cotidianidad para llevarla a un punto de quiebre que ponga en modo de alerta a sus espectadores. Si bien muchos de los filmes de terror más espeluznantes de la historia han permanecido ocultos, algunos cinéfilos amantes del género se han encargado de ponerlos en diferentes listas como referentes de lo que el buen cine puede hacer con los sentidos de toda una audiencia.
–
Onibaba (1964)
Kaneto Shindō
Sobrevivir al Japón del siglo XII era casi imposible para los campesinos, durante la era conocida como periodo Nanbokuchō dos mujeres (nuera y suegra) se ganarán la vida vendiendo armamento en el mercado negro, mismo que han obtenido de manos de los propios soldados, sin embargo, su método para llegar a esta mercancía son crudos asesinatos nocturnos. Conforme la historia avanza toma un giro inesperado donde los demonios y la tradición oral de Japón tienen la última palabra.
–
Hausu (1977)
Nobuhiko Obayashi
–
Demons (1985)
Lamberto Bava
–
Déjame entrar (2009)
Tomas Alfredson
–
Jigoku (1960)
Nobuo Nakagawa
–
Nekromantik (1987)
Jörg Buttgereit
No hay nada mejor que encontrar a alguien con quien compartir tu amor por ciertas actividades, en el caso de Rob Schmadtke y su novia Betty, este amor se presenta en forma de cadáveres con los que ambos pueden mantener relaciones sexuales a pesar de su putrefacción. ¿Pero qué pasará con esta serie de encuentros enfermos cuando uno de ellos muera? Dando por hecho que se trata de una pareja de necrófilos, la frase “hasta que la muerte los separe” ni siquiera tiene sentido.
–
El Rey de la Muerte (1989)
Jörg Buttgereit
–
El más allá (1981)
Lucio Fulci
–
Gozu (2003)
Takashi Miike
–
Grave (2016)
Julia Ducournau
–
The Wicker Man (1973)
David Pinner
A pesar de que el mundo se empeña en creer que muchas de las religiones y cultos ancestrales son sólo una ilusión, el mundo siempre es capaz de sorprenderles al desatar en algunas personas ese sentimiento primitivo de pensar que el curso del planeta depende del humor de un ser supremo al que hay que tener contento para que todo fluya con armonía. Con lo que pocos cuentan, incluyendo al protagonista de este filme, es que muchas de estas creencias van de la mano con ofrendas y sacrificios humanos done él podría ser la pieza clave.
–
Verónica (2017)
Carlos Algara y Alejandro Martínez Beltrán
–
German Angst (2015)
Jörg Buttgereit, Michal Kosakowski y Andreas Marschall
–
The Serpent and the Rainbow (1988)
Wes Carven
–
Basket Case (1982)
Frank Henenlotter
–
Wolf Creek (2005)
Greg McLean
Nada bueno puede salir de una camioneta dañada en medio de la nada. Los elementos para que algo terrible ocurra están dispuestos uno tras otro durante la trama de esta película: un vehículo averiado, un sitio misterioso al que pocos se atreven a salir y un sujeto raro que aparece sorpresivamente ofreciendo ayuda desinteresada. Parecen los elementos típicos de un absurdo filme que más que miedo causa risa, sin embargo, las cosas cambian de tono al saber que se trata de una película basada en hechos reales.
–
The Thing (1982)
John Carpenter
–
Antikörper (2005)
Christian Alvart
–
Baby Blood (1990)
Alain Robak
–
Kwaidan (1965)
Masaki Kobayashi
–
Suspiria (1977)
Dario Argento
No hay otra expresión para describir este filme más que “una completa locura”, desde los colores vivos que constantemente invaden la pantalla y la música, que a pesar de causar miedo deja mucho a la imaginación, todo está dispuesto para que nuestra mente se sienta confundida al tratar de resolver una serie de asesinatos misteriosos realizados por una fuerza oscura, mismos cuyo autor parece habitar en el mismo instituto en el que han sido ejecutados.
–
Splice (2009)
Vincenzo Natali
–
Santa Sangre (1989)
Alejandro Jodorowsky
–
Calvaire (2004)
Fabrice Du Welz
–
Dulces sueños, mamá (2014)
Veronika Franz y Severin Fiala
–
La Morte Vivante (1982)
Philippe d’Aram
Muchos aseguran que esta película es uno de los pilares del horror creado por directores como Rob Zombie. Se trata de una extraña pero exitosa combinación de elementos como el vampirismo, zombies y los mitos que surgieron a partir de los desechos radiactivos; todo ello se concentra en una chica que regresa a la vida en forma de una bestia que bebe sangre para poder vivir, sin embargo, gracias su mejor amiga —quien le ayuda a conseguir víctimas—descubrirá poco a poco que su lado humano, aun después de la muerte, no se ha ido por completo.
–
El gato negro (1968)
Kaneto Shindô
–
Les Diaboliques (1955)
Henri-Georges Clouzot
–
Sheitan (2006)
Kim Chapiron
–
Saint Ange (2004)
Pascal Laugier
Las películas acerca de personas que buscan resolver un misterio son comunes en este género, no obstante, las repetitivas escenas en las que la protagonista de esta historia aparece caminando en pasillos oscuros con una lámpara en mano nos da la impresión de que ni siquiera ella sabe qué está buscando exactamente. Las únicas pistas acerca del misterio que rodea al orfanato al que se acaba de mudar son sonidos y sucesos extraños que al perecer sólo se presentan ante sus ojos, pues los demás habitantes del edificio parecen no ver absolutamente nada.
CULTURA COLECTIVA