El derrocamiento del Presidente y general Alfredo Stroessner, supuso el fin del gobierno autoritario más prolongado de la historia Independiente del Paraguay (34 años, 5 meses y 19 días), Stroessner, tenía ya 76 años en el momento del golpe. Los hechos que concatenaron para el desenlace de la operación militar llevada a cabo en el verano de 1989, fue producto de los mismos organismos que en su momento sostuvieron al gobierno autoritario, tanto el Partido Colorado que era su partido de gobierno y como las Fuerzas Armadas.
El general Andrés Rodríguez era uno de los hombres más poderosos del Paraguay, y en el cual el dictador tenía su mayor confianza al tal punto que en pleno golpe de estado se rehusaba a creer que Rodríguez estaba encabezando la rebelión. Además de ser su consuegro, pues existía un lazo familiar por el matrimonio de su hija Marta con Alfredo Stroessner Mora, hijo del presidente Stroessner.
Rodríguez abolió la pena de muerte, retiró la ley marcial que regía desde hacía más de 30 años ininterrumpidamente, legalizó los partidos de oposición y encarceló a Stroessner (y algunos miembros de su gobierno), aunque poco días después, en la convicción de que sería más problemático tenerlo en Paraguay que fuera, lo envió a un exilio dorado en Brasilia, la capital de Brasil. Para sorpresa de todos los sectores políticos y sociales, inclusive de su propio partido, que lo asociaban con su consuegro y socio comercial (el derrocado dictador) y pensaban que solo se trataba de un cambio de mano, Rodríguez gobernó unos pocos meses, con mano firme, solo para cumplir su promesa de llamado a elecciones (promesa que nadie había pensado que cumpliría). Menos de tres meses después del golpe, convocaba a elecciones generales pluralistas el 1 de mayo de 1989, En estas, desarrolladas con libertad y respeto y con participación de todos los partidos, ya legalizados, el Partido Colorado, que lo postuló como candidato, ganó por el 77% de los votos, después de 35 años de elecciones de la época de Stroessner, quien obtenía regularmente más del 95% de los votos.
El golpe de estado tuvo el respaldo del gobierno de Estados Unidos, como de varios otros sectores populares opositores al régimen de Stroessner, e incluso de la iglesia católica.