Tomá agua cada quince minutos

Para reponer la pérdida de líquido producida por el intenso calor y así evitar la deshidratación, la cartera sanitaria aconseja tomar agua potable cada 15 a 20 minutos, como mínimo. De esta forma, se previene la aparición de malestares como dolor de cabeza, mareos, náuseas o calambres.

La falta de agua puede producir en el organismo, además de la deshidratación, incremento del nivel de glucemia (azúcar en sangre), en el caso de los diabéticos, ocasionando descompensación y desequilibrio del nivel de presión arterial.

Si vas a caminar, es preferible evitar hacerlo entre las 10:00 y 17:00, horario en que el sol está mucho más fuerte.

Se aconseja, además, no someter a caminatas en ese horario a los niños, adultos mayores, embarazadas, hipertensos, personas con sobrepeso u obesidad y cardiacos.

Cuidados de adultos mayores ante cuadros de deshidratación

La deshidratación es un cuadro bastante frecuente en esta época del año, debido a las altas temperaturas, que consiste en un trastorno en el que la cantidad de agua perdida por el organismo sobrepasa la cantidad del consumo. Los niños y los ancianos constituyen algunos de los grupos más vulnerables ante esta afección.

En las personas mayores la función de los riñones se va reduciendo,  el mecanismo que regula la sed puede dañarse, poseen una menor cantidad de agua en el cuerpo y algunos ancianos beben poco intencionalmente ya que sufren de incontinencia.  Es por ello que las personas mayores deben recibir cuidados constantemente para evitar un cuadro de deshidratación.

La gravedad de la deshidratación depende de la cantidad y rapidez de agua que el organismo haya desechado y la pérdida paralela de solutos o electrolitos; cuando el organismo ha perdido más del 11% del peso corporal, puede ocasionar un fallo renal ocasionando la muerte, es el cuadro de mayor gravedad en cuanto a este criterio;  si el deterioro es brusco, los síntomas serán más graves.

La deshidratación en personas adultas mayores puede presentarse de las siguientes maneras:

  • Sed intensa, pérdida de apetito, malestar, fatiga, debilidad y dolores de cabeza.
  • Boca seca y pegajosa, poca orina, hormigueo en extremidades, somnolencia, nauseas.
  • Fiebre, alta frecuencia cardiaca y respiración, mareos, dificultad para hablar y respirar, confusión mental, debilidad muscular y labios azulados (Cuadro severo).
  • Delirios, espasmos musculares, problemas de circulación, fallo renal (a esta instancia podría ser mortal).

Cuidados para la prevención

Ingerir buena cantidad de agua a lo largo del día, sobre todo en verano.

Evitar ejercicios físicos en exceso sobre todo a exposición del sol.

Vestir adecuadamente cuando va a realizar actividad al aire libre.

Evitar beber diuréticos.

Consumir frutas y verduras frescas (sobre todo si son ricas en potasio).

Evitar permanecer en lugares con una temperatura muy elevada.

Ante la presencia de ciertos síntomas como fiebre, letargo, confusiones mentales, náuseas y vómitos, acudir rápidamente al centro de salud más cercano.

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