Peligroso viaje de niños camino a la escuela

Niños estudiantes del barrio San Rafael, en Ciudad del Este, arriesgan sus vidas a diario para ir a la escuela en las precarias canoas que ofrecen transporte en el lugar. La madre de dos de los pequeños dijo que casi ya no tienen qué comer. La mujer y sus hijos se encuentra entre las quince familias de escasos recursos económicos, que están instaladas en precarias carpas en la exseccional colorada y en una cancha. Los afectados por la inundación tras la riada del Paraná afirman que están olvidados por las autoridades.

Decenas de niños pagan G. 2.000 todos los días para atravesar el área inundada hasta llegar a las escuelas Inmaculada Concepción y Santa Teresa de Jesús. Marly Azardi, madre de dos de los pequeños, dijo que deben arriesgarse, pese a que en las embarcaciones existe el riesgo de caer, además de las conexiones eléctricas que son un peligro latente.

“Todos los días llevo a mis hijos y luego a la salida voy a buscarles, porque es muy peligroso”, dijo la mujer. Marly y sus hijos están entre las diez familias que se instalaron en la exseccional colorada, bajo chozas de carpas que montaron para protegerse de la lluvia. Bajo el polietileno resguardan sus pertenencias como cocina, y algunas de sus ropas. Sin embargo, sostuvo que durante los días de lluvia las carpas no las protegen. Relató que desde que se vio obligada a dejar su casa en la zona baja del barrio San Rafael, ya no puede salir a trabajar, dado que debe cuidar de sus muebles y otros objetos de valor. “Antes de la inundación solía lavar ropa ajena o limpiar casas para ganar algo de dinero, pero desde la inundación ya no puedo dejar mis cosas”, dijo la afectada.

Afirmó que tampoco tiene algo que ofrecer a sus hijos, puesto que los pocos alimentos que tenía ya están acabando. Refirió que en la casa de estudios donde van sus hijos les dan el almuerzo, lo que es una gran ayuda para su familia. Al ser consultada si le gustaría adquirir otro lugar donde vivir, sostuvo que es su mayor deseo.

“La gente de la Municipalidad de CDE dice que nosotros no queremos mudarnos, pero es mentira. Si tuviésemos otro lugar a donde ir no estaríamos sufriendo de esta forma”, refirió. La riada del Paraná aumentó el nivel del arroyo Acaraymí y afectó a un total de 95 familias, esta semana en el barrio ribereño. Muchos de los moradores no saben dónde ir tras dejar sus casas. Interés solo para elecciones Las 95 familias afectadas por la crecida del río Paraná aseguran que están totalmente olvidadas por la Municipalidad de Ciudad del Este, la Itaipu Binacional y el Servicio de Emergencia Nacional (SEN).

Los afectados dijeron que antes de las elecciones, las autoridades municipales ofrecen lugares donde hospedarse, alimentos, carpas, colchones, pero que en esta nueva crecida no recibieron ningún tipo de asistencia de dichas instituciones.

Los damnificados necesitan de todos los objetos mencionados, pero sobre todo de comestibles, dado que muchos de ellos no pueden salir a trabajar. Eriberto Insfrán, un morador cuya casa quedó bajo agua, dijo que se dedica al reciclaje, pero que se requiere de baños móviles para los que viven bajo carpas. La responsable de acción social de la comuna, Magda Gómez, aseguró que dieron todo tipo de atención a las familias.

Fuente: Diario Vanguardia

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