Películas animadas que debes ver para entender lo imperfecto de la vida

A pesar de que la industria de la animación por lo general se le asocia al mercado de “sólo para niños”, dentro del mundo cinematográfico podemos encontrar grandes piezas artísticas que en el futuro podrían considerarse verdaderos clásicos de la historia del cine, y que sólo pudieron lograrse a través de las técnicas de dibujo y efectos visuales.

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Desde una perspectiva comercial, las películas de Disney, Dreamworks e incluso los animes japoneses de Studio Ghibli, son los productos más conocidos por las audiencias, pero en conmemoración al cine a nivel internacional, te compartimos una breve lista de películas de animación extranjeras —cortos y largos— que son más que recomendables por su temática, mensaje, técnica y logros visuales.

1. “Persépolis” (2007) — Vincent Parannaud

 

Película francesa basada en la novela gráfica homónima de Marjane Satrapi y dirigida por Vicent Parannaud, este filme fue nominado a Mejor película animada por los premios de la Academia, y  resultó ganadora del premio del jurado en el festival de Cannes en el 2007. La película es un retrato casi autobiográfico de la autora, de descendencia iraní, y de cómo pasó su infancia en un momento de verdadera transición política, como lo fue la Revolución iraní, en la que se derrocó la figura del Sah y se consolidó la República Islámica.

A través de los ojos de Marji, una niña de 10 años, al comienzo de la historia vemos lo que implica vivir en aquel cambio social —como el principio del uso de los velos de las mujeres y la prohibición de cualquier forma de entretenimiento “imperialista”—, y cómo ella desarrolla su visión del mundo que la rodea con respecto a lo que sabe de la cultura occidental, así como los ideales políticos de izquierda inculcados por su familia.

Una historia que nos habla sobre conflictos políticos y sociales; además de ofrecer reflexiones muy personales sobre la vida, el nacionalismo, la emigración, los pro y contras de la cultura occidental, pero contado desde una perspectiva intimista, sin perder nunca sus toques de humor y sensibilidad humana.

2. “Vals im Bashir” (2008)  — Ari Folman

 

Dirigida por Ari Folman, resulta ser uno de los filmes más curiosos de toda la selección, pues no es sólo una película de ficción propiamente, sino una forma de documental que gira entorno a la búsqueda de un recuerdo de Folman, durante su servicio militar en la guerra del Libano cuando sólo tenía 19 años.

A lo largo de la cinta, vemos cómo Folman entrevista a muchos de sus antiguos compañeros para darle más claridad a sus ideas y, de alguna forma, poder reconstruir las imágenes en su mente de aquella época. El documental tardó cuatro años en realizarse, y resulta ser casi una anomalía y una pionera dentro de su género por aventurarse a contar una historia “real”, pero con técnicas de animación.

El uso de su técnica resulta perfectamente coherente por tratar una temática que gira entorno a la memoria selectiva, la búsqueda de recuerdos perdidos y situaciones que no pueden distinguirse entre los sueños y la realidad, siempre está la constante incertidumbre de que todo lo que recordamos al final es sólo un reflejo imperfecto del pasado.

3. Mary & Max (2009) —  Adam Elliot

Película australiana de Adam Elliot que utiliza la técnica stop-motion para contar la historia de la larga amistad por correspondencia que guardan Mary, una niña australiana con problemas de autoestima, y Max, un neoyorquino de más de 40 años con problemas para relacionarse con otros, debido a sus constantes ataques de ansiedad.

Este filme sólo puede describirse como una constante montaña rusa de emociones, el director aprovecha todos sus recursos para lograr una narración fluida, una atmósfera mundana pero, al mismo tiempo, exótica, llena de personajes extravagantes, encantadores, divertidos con toques de humor negro y a la vez realistas y bien construidos, con sus claros defectos y las implicaciones casi depresivas que éstos traen consigo.

Una hermosa cinta que muestra lo duro que resulta ser un inadaptado y lo saludable que es encontrar a alguien con quien puedas empatizar, sin importar la edad o las apariencias, y fomenta los más puros gestos de amistad, aun cuando ocurren a millones de kilómetros y por las razones menos esperadas.

4. The Secret of Kells (2009) y The Song of the sea (2014) — Tomm Moore

Una función doble al tratarse de la obra de un mismo director, ambas son producciones irlandesas; la primera historia está ambientada en el medievo en la aldea de Kells, donde se encuentra en proceso la construcción de un gran muro para evitar la entrada de los Vikingos; y la segunda, es una mágica historia sobre dos hermanos envueltos en una aventura de regreso a casa.

La segunda narración es la más recordada por su nominación en los Oscar como Mejor película de animación, pero ambos filmes son experiencias visuales que son un deleite visual para los amantes de la animación tradicional; además de contar historias sobre la tradición, el folklore, la mitología celta, así como el aspecto más humano sobre la familia y el crecimiento personal acompañada de muchos elementos fantásticos.

5. “Chico y Rita” (2010) — Fernando Trueba

 

Película española de Fernando Trueba y adaptación de la novela gráfica del mismo nombre, cuenta la vida de dos músicos de jazz de La Habana en los años 50. Una historia de amor contada en su mayoría a través de flashbacks, en la que hace numerosos homenajes al cine hollywoodense y al jazz; una historia que habla de los peligros de la fama y los celos, pero que todo puede ser vencido gracias al poder del amor verdadero y correspondido; además, retrata el triste destino de muchos músicos en Cuba después de la Revolución.

6. “20 años” (2009) — Bárbaro Joel Ortiz

 

Una obra maestra cubana del cortometraje, y una de las más grandes pruebas de que también existe talento y se pueden hacer grandes trabajos de calidad en países con escasos recursos, realizado con la técnica stop motion; “20 años” cuenta la historia de un matrimonio cotidiano, en el que los sueños e ilusiones se han desvanecido con los años y la ausencia del amor se ha vuelto su única realidad, dejando sus mejores momentos como recuerdos cada vez más borrosos.

Cuba es un país con una filmografía muy interesante todavía desconocida —como “Vampiros en la Habana”, otro clásico de la animación—, aunque su producción se haya vuelto cada vez más escasa y la carencia tanto de oportunidades como de recursos es un tema de conversación constante, este pequeño trabajo representa que, gracias a una década de esfuerzo y de arduo trabajo, es posible cualquier forma de manifestación artística sin importar las carencias.

7. “Historia de un Oso” (2014) — Gabriel Osorio

 

Único trabajo que se encuentra en la lista, y utiliza técnicas computarizadas y de animación 3D, pero lo merece por su hermoso y triste mensaje sobre la pérdida familiar inspirada en el golpe de estado en Chile de 1973.

A través de divertidos y simpáticos personajes se nos muestra una impresionante metáfora de las pérdidas humanas más terribles sufridas durante los procesos de coyuntura política, una de las primeras obras de animación en Latinoamérica en ganar un reconocimiento internacional.

8. “La Tortue Rouge” (2016) — Michel Dudok de Wit

 

Nominada en la última ceremonia de los premios de la Academia, se trata de aquellos nombramientos que a pesar de no haber ganado merecen ser recordadas y, por supuesto, ser reconocidas; estrenada por primera vez en Cannes y ópera prima de su director.

Una coproduccion entre Europa y Japón, en la que es visible ver las influencias de ambos territorios en un hermoso filme carente de diálogos, pues lo único que importa es la narración visual, y con aire contemplativo se muestra la eterna lucha del hombre contra la naturaleza, su supervivencia y la necesaria reconciliación con el medio ambiente; todo expuesto en esta magnífica obra diferente y única en comparación con todos los trabajos en los que se encuentra el nombre de Ghibli.

9. “Ruka” (1966) — Jiří Trnka

Tal vez no se trata de un largometraje y quizá tampoco de un clásico “moderno”, como la mayoría de la lista, pero es posible que sea una de las pruebas más grandes de lo extenso que es el mundo de la animación, lo mucho que aún nos falta por conocer —y que fue omitido de esta lista—, así como una prueba de la inmensidad de temas de carácter político-social que la animación puede plantear a través de su técnica.

“Ruka” es un cortometraje de la antigua Checoslovaquia —antes de ser la Republica Checa— en pleno régimen comunista, es la última obra de su director, y como muchos han planteado su manifiesto póstumo, siendo una clara crítica al daño que hacen los regímenes autoritarios a la creación artística.

Trnka fue un reconocido realizador calificado como el “Walt Disney” de su país, aunque muy lejos de parecerse al estilo Disney, su técnica de animación con marionetas fue increíblemente popular durante décadas, pero sus últimos trabajos conservan un tono pesimista que culminan con “Ruka” y, más tarde, con su muerte.

Este corto estuvo prohibido durante algunas décadas después de la muerte Trnka, a pesar de haber sido proyectado en numerosas ocasiones, a lo que el propio autor se refirió como un posible acto de ignorancia de las autoridades al dejarlo pasar por alto en un principio.

Fuente: Cultura Colectiva

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