Michel Temer negocia en la sombra un nuevo Gobierno para Brasil

El actual vicepresidente brasileño, Michel Temer, el principal beneficiado por el proceso de destitución de la presidenta Dilma Rousseff, y antiguo aliado de la presidenta en el Ejecutivo, negocia ya en la sombra un futuro Gobierno para Brasil. Para ello, cuenta con nombres ilustres del centro derecha y de la derecha brasileña para que asuman carteras vitales como las de Hacienda y Sanidad. Rousseff sigue resistiéndose a dejar el poder.

La negociación de Temer es un síntoma más de que Rousseff se enfrenta a un juicio político, cuya sesión decisiva comienza el viernes, con todas las de perder y en un ambiente de cambio inminente en la cúpula del Estado.

Las probabilidades de que Rousseff sobreviva al impeachment son cada vez menores, a juzgar por los cálculos de los expertos. Pero ella aún no se ha rendido. De hecho, en el corazón de Brasilia, en su palacio presidencial, Rousseff ofreció el miércoles una entrevista a varios periodistas brasileños en un intento casi póstumo de reivindicarse. Mientras, no muy lejos de allí, el vicepresidente Temer, rotos ya todos los puentes y diálogos con su anterior aliada, abría su palacete en Brasilia a los numerosos diputados deseosos de conversar con él.

Algunos de estos parlamentarios comentaron que el vestíbulo y el despacho del vicepresidente —cada vez más en la piel de presidente— se había convertido en una auténtica “romería”. La prensa brasileña lanza ya el nombre del futuro ministro de Hacienda en el nuevo Gobierno: Arminio Fraga, expresidente del Banco Central en el segundo mandato de Fernando Henrique Cardoso; José Serra, senador, exministro de Sanidad y líder del liberal Partido da Social Democracia Brasileira (PSDB), actualmente en la oposición, también aparece en la mayoría de las quinielas para hacerse cargo de la delicada cartera de Sanidad.

Más allá de los nombres, el hecho mismo de negociar ya un gabinete habla por sí solo de la actitud de Temer, que apareció hace dos días en un audio —él asegura que divulgado por error— dirigiéndose al pueblo como si hubiera ya sido investido jefe del Estado. Es cada vez más progresivo y masivo el alineamiento de partidos y diputados del lado pro-impeachment. Un grupo de especialistas en el Congreso brasileño aseguró a este periódico que las posibilidades reales de Rousseff de superar su destitución no pasan del 7%. Algunos periódicos de Brasil aseguran, citando fuentes de dentro del Gobierno, que varios ministros lo dan ya todo por perdido.

Rousseff, que gasta fama de correosa y repite continuamente que no se va a rendir, aseguró en la entrevista del miércoles que si consigue superar el proceso de destitución el próximo domingo, el lunes propondrá una especie de pacto nacional de reconciliación.

Críticas a Cunha

No especificó mucho en qué consistirá, y tampoco quiso aludir a nuevas elecciones, pero sí matizó que llamará a la oposición a fin de unir a todas las fuerzas políticas. ¿Y si pierde?, le preguntaron. ¿También habrá pacto? “Si pierdo, yo ya no estaré en la baraja”, respondió. Después juzgó perverso que el político que vaya a presidir toda la decisiva e histórica votación de este fin de semana sobre el impeachment sea el presidente del Congreso, el polémico Eduardo Cunha, acusado por la Fiscalía brasileña de detentar cuentas millonarias en Suiza alimentadas con dinero de los sobornos de Petrobras.

Rousseff se ve juzgada por el delito de maquillar cuentas públicas para esconder el déficit de un año para otro. Sobre Cunha, la presidenta afirma: “No sólo esa persona practicó abuso de poder; también ocurre que, a diferencia de él, yo no tengo ninguna cuenta en el exterior, nadie me acusa a mí de lo que se le acusa a él. Y lo que considero más grave es que si yo dejo de ser presidenta de la República, él asumirá el cargo de vicepresidente”.

 

FUENTE: EL PAIS

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