Justicia ordenó su prisión sin prueba aparente

Gustavo Garay denunció haber estado preso por 20 días sin que la Fiscalía pueda probar su participación en un asalto domiciliario que supuestamente cometió.

 

El hombre afirma que, según la denuncia, el robo se concretó utilizando un Toyota tipo Vitz negro, y que él posee una camioneta. También, la mujer que trabaja en la casa afectada, comentó que el asaltante era un hombre de gran contextura física y con barba, pero Garay manifiesta tener cerca de 1.75 de altura y no usa barba por una cuestión laboral.

Lo más llamativo del caso es que, el abogado del hombre, presentó una lista de incongruencias ante el juez Rubén Riquelme. Con esto, el magistrado le concedió prisión domiciliaria. Pero ayer el fiscal del caso apeló la decisión judicial y pidió que Garay vuelva a prisión.

La única prueba que el Ministerio Público presentó, a través del fiscal Marcelo Saldivar, fue una supuesta huella digital en una caja. No obstante, al afectado le llama la atención que en el momento del allanamiento, los policías le arrebataron el celular y el fiscal se lo llevó sin lacrarlo. Considera que, por cuestiones lógicas, ese celular está lleno de sus huellas digitales.

La huella en cuestión es la de un pulgar izquierdo. “Es como si fuera que agarraste y apropósito colocaste la huella”, manifestó.

“Somos los primeros interesados en que se aclare esto, y que a los delincuentes se les agarre”, señaló en nombre de su familia, que soportó el sorpresivo allanamiento en la madrugada del 7 de mayo.

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