Horror en Estados Unidos: mató a cuatro jóvenes, los enterró en la granja de sus padres y después confesó

Lo lamento“. Con esa frase ante las cámaras de televisión y la confirmación posterior de su abogado, Cosmo DiNardo, de 20 años y con antecedentes psiquiátricos, cerró un misterio que había comenzado la semana pasada en Pennsylvania, Estados Unidos. Cuatro jóvenes de entre 19 y 22 años y presuntamente conocidos del acusado habían desaparecido -primero uno, luego dos más, y un último el sábado pasado- y se los buscaba por todo el país.

El ahora confeso cuádruple homicida había sido detenido por dos pruebas irrefutables: el teléfono de una de las víctimas había sido encendido en la granja de sus padres, Antonio y Sandra DiNardo, en el pueblo Solebury Township. Y él mismo había sido interceptado cuando intentaba vender el auto de uno de los fallecidos.

Los cuatro desaparecidos eran Tom Meo (21), arriba a la izquierda; Jimmy Tar Patrick (19), abajo a la izquierda; Dean Finocchiaro (19) arriba a la derecha; y Mark Sturgis (22), abajo a la derecha.

 

La última evidencia fue el hallazgo de los restos de una de las víctimas y otros restos humanos en un predio de 36 hectáreas en Solebury Township de la familia DiNardo, en una fosa común de 3,66 metros de profundidad, según lo confirmó el fiscal Matthew Weintraub, quien está a cargo de la investigación, en una conferencia de prensa.

Jimmy Tar Patrick, de 19 años, había desaparecido el miércoles último; Den Finocchiaro, de la misma edad, al día siguiente; mientras que el rastro de Mark Sturgis (22) y Tom Meo (21) se perdió entre el viernes y el sábado a la mañana. El fiscal Matthew D. Weintraub cree que a las víctimas DiNardo las mató y luego las enterró en el fondo de la casa de sus padres.

“El señor DiNardo confesó esta tarde al fiscal de distrito su participación o comisión en los asesinatos de los cuatro jóvenes”, fue la breve respuesta que dio Paul Lang, el abogado de DiNardo luego de que él mismo, después de declarar, fue filmado y se le escuchó una sola frase: “Lo lamento“.

 

Según el letrado, “a cambio de esa confesión, el señor DiNardo el fiscal de distrito que le ahorrará se comprometió a no invocar la pena de muerte”.

Antes de la confesión de hoy, el acusado -con antecedentes psiquiátricos- había sido liberado después de que los padres pagaran parte de la fianza. Al homicida las autoridades policiales ya lo conocían: en febrero había sido arrestado con una escopeta y lo dejaron libre bajo la condición de seguir un tratamiento médico.

Antonio y Sandra DiNardo, sus padres, son dueños de la propiedad y de varios conjuntos de viviendas y una fábrica de cemento en Bensalem, cerca de Philadelphia. Ellos habían escrito un comunicado en el que solidarizaron con las familias de los desaparecidos y confirmaron que iban a cooperar “con la investigación de todas las maneras posibles”. Luego, en la tarde de este jueves, el hijo confesó.

 

Con información de Clarín.

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