El Papa Francisco pide perdón por los abusos cometidos en Chile

Como era de esperarse, el Pontífice habló de temas controversiales en su visita a Sudamérica hoy en la sede del Ejecutivo chileno: el Palacio de la Moneda. Los pueblos originarios, el abuso de clérigos pederastas, la falta de trabajo y los inmigrantes fueron algunos de los puntos que se refirió.

“No puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia”, afirmó ante las autoridades chilenas en su primer acto oficial.

Francisco reconoció el error de la Iglesia en Chile y dijo que es “justo pedir perdón” y que sentía “dolor y vergüenza” ante el “daño irreparable” causado a los niños víctimas de abusos sexuales por parte del clero de ese país.

En la sede del Ejecutivo, en el Palacio de la Moneda, Francisco pidió que se escuche a los parados, a los pueblos originarios, a los inmigrantes, a los jóvenes, a los ancianos y a los niños, “que se asoman al mundo con sus ojos llenos de asombro e inocencia y esperan de nosotros respuestas reales para un futuro de dignidad”.

Continuó diciendo: “Y aquí no puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia”. Las palabras del papa fueron recibidas con un aplauso por las cerca 700 personas reunidas en el patio de Los Naranjos.

“Me quiero unir a mis hermanos en el episcopado, ya que es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas, al mismo tiempo que hemos de empeñarnos para que no se vuelva a repetir”, dijo Francisco aunque no citó la palabra abusos.

Discurso en centro penitenciario femenino

Unas horas después de haber pedido perdón por los abusos sexuales a menores cometidos por algunos de los miembros de la Iglesia católica chilena, el papa Francisco volvió hoy a enfatizar en la necesidad de ofrecer disculpas, en el segundo día de su gira por Chile.

“Todos tenemos que pedir perdón, y yo el primero: eso nos humaniza”, afirmó el Pontífice durante la visita que realizó al Centro Penitenciario Femenino (CPF), la mayor prisión para mujeres del país andino, situada en Santiago de Chile.

Además, ante la atenta mirada de la presidenta Michelle Bachelet, quien estuvo entre los asistentes al acto, manifestó: “Todos nos podemos equivocar, y cada día estamos invitados a volver a empezar”.

En otro tramo de su alocución, Francisco definió: “Los determinismos cosificadores terminan matando la esperanza: ninguno de nosotros es cosa, todos somos personas. No nos dejemos cosificar, yo no soy un número, yo no soy el detenido número tal: soy fulano de tal”.

El papa se mostró distendido, interpeló en varias ocasiones a las reclusas e incluso cantó una estrofa del tango argentino Cambalache: “Dale nomás, dale que va, que allá en el horno nos vamos a encontrar”.

“Ustedes están privadas de la libertad, pero nadie puede ser privado de la dignidad”, enfatizó el pontífice de cara a las más de 400 presas que, eufóricas, colmaron el gimnasio interno de la prisión en el que se llevó a cabo el acto.

Escándalos de pederastía en la Iglesia chilena

La llegada de Francisco ha reavivado el escándalo de los curas pederastas y la organización Bishop Accountability publicó esta semana un listado con 80 sacerdotes, clérigos y una monja acusados de abusos sexuales a menores de edad en el país suramericano.

Además, los laicos de la diócesis de Osorno, en el sur de Chile, piden desde hace meses la destitución del obispo chileno Juan Barros, nombrado por el papa argentino, por sus vinculaciones con el encubrimiento de abusos sexuales del sacerdote Fernando Karadima. Karadima fue considerado en febrero de 2011 por el Vaticano culpable de cometer abusos sexuales y condenado a una vida de oración y penitencia.

 

Fuente: La Vanguardia y Deutsche Welle.

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