Cinismo intelectual

No hay archivos secretos en el Brasil. Son declaraciones del historiador brasileño Francisco Doratioto al diario “La Nación” de Buenos Aires. El autor de “Maldita guerra” afirma con ironía, que “…si hay un archivo secreto sobre la Guerra del Paraguay, los diplomáticos brasileños se merecen el Oscar al mejor actor; dando a entender que el asunto no es mas que pura ficción. Doratioto fundamenta su presunción en el hecho que él mismo se encargó de buscar “… durante meses, en los archivos del Ministerio de Relaciones Exteriores (Itamarati), me hice amigo de diplomáticos y funcionarios, pero nadie sabía nada”.

Seguro de si y amparado en la indulgencia de Academias y medios de prensa afines a su pensamiento (“La Nación” de Buenos Aires publica cualquier estornudo del historiador brasileño) Doratioto asume -desde luego- que nadie se enteró del resumen de prensa que la misma Cancillería del Brasil posteara en Internet el 25 de Marzo de 2010. Dicho informe, el Nº 34, recogiendo opiniones y escritos de toda la prensa verde amarelha, afirma en uno de sus titulares: “El Gobierno (brasileño) quiere el sigilo de papeles por 75 años” reseñando seguidamente que los “Diputados ya hablan de aumentar el plazo para que los documentos considerados ultra secretos sean tornados públicos”. Y que “Itamarati tiene especial interés en proteger los registros referentes a la Guerra del Paraguay y sobre las negociaciones que permitieron la delimitación de fronteras con este país”. La pregunta que debiéramos hacer a Doratioto sería: ¿Porqué el gobierno del Basil propugnaría todo un acuerdo parlamentario para la continuidad de la censura… si tales documentos no existieran?

 

El historiador de marras, Miembro Correspondiente de la Academia Paraguaya de la Historia, institución a la que algunos compatriotas no pueden acceder porque “no son verdaderos historiadores”, pretende que brasileños y paraguayos ignoremos este “Atentado contra la Historia”. Este es el calificativo que encabeza otro informe elaborado en el Brasil. Publicado por la revista “ISTOÉ en su Nº 2171 del pasado 22 de Junio y redactado por Lucio Vaz y Claudio Dantas Sequeira, que dedica cuatro páginas a la decisión de rever el proyecto de ley de Acceso a la Información Pública, promovida por los Senadores y ex Presidentes: José Sarney y Fernando Collor de Mello. Los articulistas resumen la arbitrariedad en el siguiente concepto: “La historia de un país es de interés público y debe ser tratada de la forma mas transparente posible pues pertenece a todos los ciudadanos”. Casi los mismos comentarios mereció el hecho a otra revista brasileña: “Época”, aparecida por las mismas fechas. Pero de acuerdo al indiscutible e infalible Doratioto, tanto Sarney como Collor de Mello, junto a los articulistas de “ISTOÉ” y “Época”, se están ocupando de “algo que no existe”.

 

Tampoco debe existir para el Miembro Correspondiente de la Academia Paraguaya de la Historia y empleado de Itamarati, la ponencia publicada en “Estudos Históricos de Río de Janeiro” (Vol 2, Nº 3; páginas 63/76 del año 1998), por las historiadoras Célia Maria Leite Costa y Priscila Moraes Varella Fraiz. En este documento titulado “Acceso a la Información a los Archivos Brasileños”, las estudiosas afirman que no les permitieron consultar el Archivo Histórico del Ejército del Brasil, merced a una disposición, la Nº 2.449 del 22 de Septiembre de 1979, que dicta las normas para la utilización de tales archivos. También consignan que el Archivo Histórico de Itamarati, es “la única institución que tiene el acceso a sus archivos reglamentados por un decreto presidencial”. Este decreto que lleva el Nº 64.122 del 19 de Febrero de 1969, estipula “que el acceso es libre para los documentos anteriores a 1900, CON EXCEPCIÓN DE LOS DOCUMENTOS RELATIVOS A LA GUERRA DEL PARAGUAY Y A SUS LÍMITES”. Mas claro … imposible. Pero por las dudas, consultemos a Doratioto.

 

Mas allá de la intención del insigne “Miembro Correspondiente” de continuar una guerra que debió haber terminado el 1º de Marzo de 1870, se trasunta en estos gestos, claramente, una actitud hostil y agresiva hacia el Paraguay. Además -desde luego- de lo que constituye un atentado a la libertad de información y el libro acceso al conocimiento. Las que no han merecido hasta hoy ni la molestia de un reproche del gobierno nacional como de sus Academias Históricas, a sus instituciones “correspondientes” del Brasil. Como tampoco han sido temas del Mercosur Cultural ni de cuanto cónclave o encuentro se gestara con motivo del Bicentenario. Por lo que estímulo y campo libre tienen estos señores, “miembros correspondientes” de Academias que se les parecen, para decir lo que se les ocurra ante cualquiera dispuesto a publicar sus exabruptos.

 

 

Por Jorge Rubiani.

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