A un paso del récord Guinness, Sebastián Abreu habló de la decisión clave que tomó a los 16 años

A los 40 años, y tras firmar un contrato con Central Español, Sebastián Abreu está cerca de convertirse en el futbolista profesional que más camisetas vistió a lo largo de la historia, récord que hasta ahora posee el ex arquero alemán Lutz Pfannenstiel, con 25. Para lograrlo, sin embargo, tuvo que tomar una difícil decisión a sus 16 años.

En una entrevista con Infobae, “El Loco” detalló ese momento, el que lo llevó a convertirse en jugador profesional de fútbol. Además de revelar qué le depara el futuro, habló de la selección y armó un podio de los mejores futbolistas de Uruguay.

“Tengo una particularidad. A los 16 años me tocó ser convocado a tres pre-selecciones de Uruguay sub-17: la de básquet, la de fútbol y la de vóley. A la de vóley no fui porque preferí presentarme en la de básquet”.

¿A que edad empezó a competir en las tres disciplinas?

Desde los 6 años tenía cierto entusiasmo por el deporte. En mi ciudad, a principio de los 80, se estudiaba de 13 a 17 y después había que repartirse las horas con algún tipo de actividad, entrenamiento de básquet, fútbol y vóley. Al ser una ciudad chica, con una bicicleta llegabas a tiempo a todos lados. Ese ritmo lo mantuve hasta el ’93, cuando tuve que tomar una decisión.

¿Qué decisión tomó?

Cuando Defensor Sporting fue al club de mi ciudad, Nacional de Minas, me compró el pase. Ese año tuve que dejar el básquet, a pesar de estar jugando en un club profesional (Trouville), y el vóley para enfocarme y alinearme en lo que comenzaba a ser una carrera de fútbol.

“Ahora estamos en los playoffs y voy a la cancha con mis hijos, ya que pude inculcarle el sentimiento del hincha de básquet”

¿Fue difícil la decisión de resignar uno por otro?

Fue difícil porque al estar jugando en Trouville y haber dado el primer paso como profesional en el básquet, costó. Aparte porque los entendidos del deporte decían que era un jugador desequilibrante, el que marcaba una diferencia en cuanto a lo individual. Todos me veían más como basquetbolista, pensaban que iba a ser mi profesión a futuro. Pero el hecho de haber tenido un buen desempeño en el sudamericano sub 17 de fútbol, despertó el interés de algunos equipos como Cerro, Peñarol, Nacional, Danubio y Defensor Sporting. Fue ahí que cambié el chip.

Tras hacer todo a un lado para dedicarse de lleno a su carrera futbolística, a los 40 años llegó a su club número 24. En su recorrido visitó 10 países diferentes, desde Uruguay hasta El Salvador, pasando por Grecia y Egipto, entre otros.

Al momento de firmar con Central Español ¿Lo hizo también pensando en superar al alemán Lutz Pfannenstiel?

No es mi prioridad. Aunque por un tema de decantación, a medida que voy experimentando nuevas experiencias, se va dando. Tomando en cuenta que el campeonato carioca terminó anticipadamente para nuestro club, me encontré con que iba a estar dos o tres meses sin actividad y surgió esta chance de que, reglamentariamente, podía jugar en la segunda división de Uruguay, ya que en la Primera División no podía. De todos modos veremos a partir de julio qué depara el futuro y ver si llega ese nuevo club.

Entonces no le cierra las puertas al equipo 25 de su carrera…

No, claro. Ahora estoy totalmente abocado a lo que son estos desafíos con ilusión, deseos y ganas de subir a Primera. Después por junio o julio veré qué decisión tomar. Hay posibilidades de volver a algún club en el cuál ya participé y otras opciones de clubes nuevos. No quiero apresurarme, quiero enfocarme en éste y ser responsable.

¿En cuál de todos los clubes por donde pasó se sintió más cómodo?

Es difícil elegir porque pasaron muchos años. Debuté en 1994 y al alcance de la memoria me resulta complejo. En 23 años quizás pase por alto algunos equipos donde disfrutábamos mucho del juego. Seguramente serán los clubes como San Lorenzo, River, Rosario Central, Botafogo, Nacional. Pero son muchos años, muchos clubes y diferentes etapas.

¿Qué liga le resultó más competitiva?

La más competitiva, por lo que representa la cultura y el día a día, indudablemente que es la española, después la brasilera, la mexicana y la argentina. En las 10 ligas que me tocó jugar, esas cuatro son las que considero más competitivas.

¿Qué pasó en El Salvador con la elección del número y las Maras (pandillas)?

En Santa Tecla salí campeón y goleador. La versión se distorsionó mucho, fue un tema comercial. Sí bien existen las dos facciones de las Maras (pandillas) que se identifican con números, una con el 18 y la otra con el 13, fue una movida de marketing, de venta de camisetas. Me pidieron que utilice el número 22, ya que de esa manera iban a poder comercializar y vender mi camiseta a las dos facciones. Si jugaba con la 13, las que se identificaban con el 18 no iban a querer comprarla.

¿Cómo ve el desempeño de la Selección uruguaya en estas eliminatorias?

Es perfecto. Está bien, estable, con un proceso totalmente consolidado, con un proceso real que abarca todas las divisiones hasta la principal, la cual hoy más allá de los resultados negativos de la ultima fecha de eliminatorias, hizo que el equipo esté en posición de clasificación directa y con partidos con rivales directos, algo que nos resulta favorable.

¿Qué opina de los 11 años consecutivos de Óscar Washington Tabárez al mando del conjunto nacional?

La continuidad te da siempre la chance de poder ir mejorando en base a detalles que hay para corregir, a lo que es la elaboración de un grupo, mantener una misma filosofía, conseguir un sentido de pertenencia. La continuidad me parece que es relevante e importante, más cuando los resultados te avalan. Tabárez nos recolocó en los primeros planos mundiales con un proceso exitoso y que se mantiene.

¿Quién cree que fue el mejor número 9 de Uruguay?

Luis Suárez. No solo lo digo yo, sino jugadores de los años 80 o 90. “Lucho” está en la línea de Rubén Sosa y Enzo Francescoli, no solo como el mejor delantero, sino como los mejores futbolistas de la historia de Uruguay. Ese sería mi podio.

A pesar de optar por el fútbol como carrera profesional, ¿Continúa su pasión por el básquet?

Sigo viendo básquet, pero particularmente a nuestro equipo, Trouville. Ahora estamos en los playoffs, por suerte con la tecnología podemos estar más conectados y ver los partidos en vivo. También voy a la cancha con mis hijos, ya que pude inculcarle el sentimiento del hincha. Veremos si podemos acceder a la semifinal.

Después de todo lo que vivió como futbolista ¿Le queda algún sueño por cumplir?

Tratar de poder ser protagonista y volver a salir campeón con Central Español. Estoy en un momento en el que empiezo a tener sueños a corto plazo, porque indudablemente por un tema de edad ya no puedo aspirar a mundiales ni Copa América. Estoy cerrando mi carrera como la inicié: con titularidad, protagonismo, goles y no siendo utilizado cinco minutos por partido o quedando opacado u olvidado.

Con entrevista de Emmanuel Baldo e información de Infobae.

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